La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (Fifpro) encendió nuevamente las alarmas sobre el desgaste físico y mental que sufren los jugadores de élite. Su presidente, Sergio Marchi, se entrevistó primero con Gianni Infantino (FIFA) y luego con Aleksander Čeferin (UEFA) para ponerles sobre la mesa un borrador que contempla varias medidas, entre ellas la más llamativa: eliminar los tiempos extra en todas las competiciones UEFA, salvo en las finales, a fin de ahorrar minutos de juego acumulados a lo largo de la temporada.
De acuerdo con datos internos del sindicato, la presente Champions League elevó la cifra total de partidos a 100 más que la campaña anterior; esa inflación de fechas -motivada por el nuevo formato con liguilla ampliada- se traduce en un desgaste que ya motivó quejas públicas de capitanes y entrenadores de primer nivel. La organización considera que la prórroga, concebida como solución histórica para los empates, “hoy aporta más riesgo que espectáculo”.
El diálogo con Infantino fue descrito por fuentes de Fifpro como “cordial y abierto”, centrado en la construcción de un documento que no solo limite la carga de minutos oficiales, sino que también incluya ventanas de descanso obligatorias y protocolos médicos unificados para torneos intercontinentales. El objetivo es presentar antes de fin de año un paquete de reformas que procure la salud de los futbolistas sin comprometer los ingresos de las competiciones.
Cuando Marchi trasladó la misma inquietud a Čeferin, encontró una resistencia inicial. El esloveno, que acaba de reafirmar públicamente su intención de mantener las prórrogas en rondas de ida y vuelta, argumenta que los tiempos extra forman parte de la tradición y garantizan un desenlace “justo en la cancha”. Sin embargo, el jefe de la UEFA aceptó continuar la discusión, sobre todo ante la posibilidad de que la medida reduzca lesiones musculares y permita un calendario de selecciones más equilibrado.
Por ahora, la propuesta deberá pasar por el Comité de Competiciones de la UEFA y, en paralelo, por el Consejo de la FIFA, donde cada confederación tiene voto propio. Fuentes cercanas a la negociación afirman que Sudamérica y Concacaf verían con buenos ojos recortar la prórroga, siempre que no afecte las finales continentales ni los ingresos por televisión.
Aunque todavía no hay una decisión definitiva, el movimiento de Fifpro reabre el debate sobre los límites físicos de un fútbol cada vez más global y lucrativo. En un contexto donde el Mundial de Clubes ampliado, los torneos de selecciones y las giras comerciales saturan la agenda, la salud de los protagonistas vuelve a ocupar el centro de la escena. El balón, como siempre, está en manos de los dirigentes.